
Niños rebeldes que no aceptan un NO como respuesta y que cuestionan la autoridad de los adultos.
En este artículo hallarás el origen y las causas que han hecho que tu hijo se haya convertido en un pequeño tirano, a pesar de tu empeño por educarlo de la mejor manera posible.
Para escribir este post, me he inspirado en el libro "El pequeño tirano" de la psicóloga infantil y creadora de la Terapia de Contención Jirina Prekop.
Niños rebeldes: El origen de la tiranía de mi hijo.
Si recapacitas sobre cuándo empezaste a sospechar que tu hijo era un "niño rebelde", posiblemente te vengan flashes de lo terco y enojoso que ya era desde bien pequeñito.
Quizás hayas llegado a la conclusión de que su tortuosa actitud es cuestión de temperamento, y que tú simplemente eres la víctima de sus extremados rasgos caracteriales, sellados en su ADN, heredados probablemente de un malcarado ancestro.
Pero la psicología evolutiva nos aporta que, si la herencia genética tiene una gran importancia en el desarrollo de nuestra personalidad, es la experiencia vivida en los primeros años de nuestra vida la que impacta y modela nuestra estructura cerebral.
La conjunción entre genética y experiencias tempranas modelan lo que hoy somos
El cerebro mamífero nace con circuitos neuronales programados para generar vínculos.
Desde el minuto "cero", el bebé necesita VINCULARSE a su mamá a través del CONTACTO y de su MIRADA, para que le siga proporcionando la SEGURIDAD y PROTECCIÓN que ya sentía unos instantes antes mientras estaba contenido en su útero, a pesar del apuro del parto.
Mientras el bebé permanezca en contacto con mamá, se aplaca uno de los miedos innatos que compartimos todos los mamíferos tras nacer: el de "ser depredado vivo".
Por eso, el bebé nace biológicamente diseñado para APEGARSE con mamá, como base segura de confianza y protección en caso de amenaza externa.
Y la madre, al igual que el resto de mamíferos, también desea la proximidad, el contacto y la protección de su cría, como principio de conservación de la especie.
El resultado es el surgimiento de un vínculo único y especial, basado en una relación afectiva segura, donde la madre le proporciona al hijo la seguridad y la confianza que éste necesita para sentirse protegido y a salvo.

Pero desafortunadamente, puede ocurrir que en las primeras etapas de la infancia, determinadas experiencias hagan mella en la seguridad y la confianza del hijo hacia su madre.
Y estas experiencias tan devastadoras tienen que ver con la INDISPONIBILIDAD FRECUENTE y/o PROLONGADA de mamá para tocar y mirar a su hijo.
Por las circunstancias que sean (que ya veremos más adelante), y casi siempre en contra de la voluntad de la madre, puede ocurrir que ella se halle lejos del bebé, o no sea consciente de sus necesidades, o se encuentre indispuesta física o psíquicamente para atender los asiduos reclamos de protección de su hijo, como ocurre con frecuencia, por ejemplo, tras el parto en sociedades tecnológicamente avanzadas.

Dra Laura Rincón Gallardo
Fundadora del Instituto Prekop
"Comparado con el resto de los mamíferos, el infante humano nace fisiológicamente prematuro y es el que más depende de la madre para sobrevivir. Por esta razón necesita seguir junto a ella en una especie de embarazo externo, y que la madre lo mantenga abrazado o cargado el mayor tiempo posible"
En su libro: El abrazo que lleva al amor. Ed. Instituto Prekop-Mexico (junto con Ana Beck)
A mediados del siglo pasado, el Dr. Harry Harlow, en un controvertido experimento con desafortunados monitos privados de madre, demostró que la base segura de protección y confianza hacia la figura de afecto no se establece a través de la alimentación, sino gracias al contacto físico y a la mirada de ésta.
Fue el psicólogo John Bowlby quien en 1951 formuló la Teoría del apego, tras observar a niños privados de sus madres, internados en instituciones. Esta teoría defiende que el estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño es determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su madre (o principal figura de afecto).
Mary Ainsworth, colaboradora de Bowlby, investigó sobre los tipos de apego, y añadió que cuando más indispuesta está la madre ante la petición de seguridad de su hijo, mayor es la DESCONFIANZA que éste genera hacia ella, provocando rechazo e ira, y en el peor de los caso, agresión hacia ella.
El innovador psiquiatra español Diego Figuera Álvarez, en una interesantísima entrevista del diario EL PAÍS, defiende que lo que somos está marcado por la forma en que nos criaron en la infancia.
Lo que somos está marcado por la forma en que nos criaron en la infancia. Diego Figuera Álvarez
A este establecimiento de apego inseguro del hijo con su madre, Bert Hellinger, creador de la Constelaciones Familiares, lo denomina "Movimiento Amoroso Interrumpido del niño hacia la madre", y la Terapia de Contención lo nombra como "Trastorno de vinculación"

Por ello, el niño que ha desarrollado un apego inseguro (y en consonancia con su temperamento y unos rasgos caracteriales determinados), en situaciones de inseguridad, miedo o arrebato, cuando más necesita sentirse contenido, más rechazará a mamá, pues por experiencia, ya no se fía de su disponibilidad.
Y el intenso enojo que esto le genera, probablemente provoque que los brazos de papá también se endurezcan.
El establecimiento de un apego inseguro del niño con sus padres es uno de los hechos más comunes en la biografía de los niños rebeldes.

Niños rebeldes y su odisea en busca de la SEGURIDAD:
Un niño rebelde es un buscador empedernido de la SEGURIDAD insatisfecha durante sus primeros años de su vida.
Su cerebro se ve forzado a hacer nuevas reconexiones neuronales, esta vez para vincularse a objetos o situaciones más disponibles y predecibles, que le proporcionen una nueva SEGURIDAD substitutoria, aunque falsa y ficticia, pero al menos temporalmente lo aplaca.
Como ejemplos, y dependiendo de su edad, el niño buscará consuelo en:
- el placentero chupete, biberón o pezón de mamá a la hora de dormir,
- la suave y cálida mantita o peluche siempre disponibles,
- el predecible y obediente mando a distancia o ratón del ordenador, inmediato y fiel a sus órdenes,
- la luminosa e hipnotizadora pantalla del móvil o de cualquier otro dispositivo electrónico,
- ...
- etc. etc, pues suelen ser muy creativos a la hora de aficionarse a un objeto o situación PREDECIBLE y CONTROLABLE.
Pero para conseguir los objetos o situaciones que le proporcionen SEGURIDAD, tendrá que desarrollar estrategias manipuladoras con tal de conseguir subordinar a quienes le rodean, para que éstos dispongan a su alcance aquello que desea o le adapten el ambiente cuando éste lo reclame.
Como diagnóstico general, podríamos decir que los niños rebeldes y tiranos son ADICTOS a DOMINAR SU ENTORNO. Dicho de otro modo, necesitan creer que pueden controlar lo que ocurre a su alrededor, y de esta manera sentirán la SEGURIDAD que tanto ansía, aunque ésta sea estéril y vacía.
Desgraciadamente para su autoestima, la adicción al control o al dominio de su entorno conlleva a vivir en conflicto con los demás y a frustrarse constantemente, pues el entorno no siempre responde como el niño desea, a pesar de su lucha e insistencia.
Y no hay peor suplicio para el niño tirano que soportar la FRUSTRACIÓN e INSEGURIDAD de no conseguir lo que su voluntad impone.

Cuando siente que pierde el control del entorno, manifiesta resistencia compulsiva ante cualquier situación que requiera una adaptación por su parte. Y es en este momento cuando se le despierta la fiera que lleva dentro.
En definitiva, el niño rebelde y tirano siente "SEGURIDAD" cuando el entorno se adapta a sus necesidades, pero se ANGUSTIA cuando se ve obligado a adaptarse al entorno.
Conviviendo con un pequeño rebelde tirano:
Como pasa con todas las adicciones, la adicción al dominio del entorno conlleva consecuencias penosas tanto para quien la padece como para quienes le rodean.
Pero quien la padece, también halla en ella el paraíso, pues le aporta la complacencia del poder, la omnipotencia, la creencia de que tiene el derecho de satisfacer sus necesidades por encima de la de los demás.
El niño adicto al entorno se ha creado un mundo mágico donde él es poderoso ante sus padres, "débiles y manipulables", a veces mirados con rabia y sin el merecido respeto, pues ellos, y especialmente la madre, la percibe como la causante de su peor pesadilla: LA VIVENCIA TEMPRANA DE LA INSEGURIDAD.
Este autoendiosamiento es reafirmado día tras día, en las labores cotidianas del imperio que más domina: su casa.
Los niños rebeldes y tiranos son seres anti-hábitos, pues odian que les organicen la vida. Poseen la capacidad de tergiversar las negociaciones que sus resignados padres le ofrecen para educarlo en hábitos, como lavarse los dientes, las manos, vestirse, peinarse, asearse, recoger sus juguetes o hacer las tareas escolares, etc.
Si, por ejemplo, la madre consigue que el hijo ejecute sus órdenes, suele ser por el estruendoso enfado que le ha provocado en ella la impotencia de sentirse mangoneada por su hijo (y no siempre lo conseguirá por este método), o porque ha cedido para que éste, a cambio, realice alguna actividad desaprobada por ella, como puede ser ver la TV o jugar a la video-consola a deshoras, o consumir algún tentempié nada saludable.

A la hora de comer, su menú está restringido sólo a los alimentos de su agrado, y cocinados de la manera que él desea. También descarta aceptar nuevos alimentos, pues rechaza impulsivamente aquello que no ha pedido. Además puede que exija condiciones para abrir la boca, como puede ser ver sus dibujos animados favoritos mientras come.
Para que pueda conciliar el sueño, es menester que el entorno se acomode a ciertos rituales, como puede ser la luz encendida, la mano de mamá tocando los barrotes de la cuna, que lo paseen en brazos por el pasillo sea la hora que sea, o que le enchufen un pezón en su boca cada vez que se despierte o que emita un gemido.
El pequeño rebelde tirano fuera de casa:
Su base caracterial sostenida en la INSEGURIDAD, el MIEDO y la escasa tolerancia a la FRUSTRACIÓN también condiciona las relaciones sociales del pequeño rebelde tirano.
A la hora de jugar con otros niños, tiene dificultad para encontrar un compañero de juego, pues rechaza no ser el primero en comenzar, le cuesta esperar su turno, y en el peor de los casos, puede agredir para convencer a su contrincante que él es el ganador.
Por eso suele evitar actividades y juegos en los que no se crea "bueno", o en los que hallan compañeros "mejores que él". En cambio, puede crear dependencia obsesiva en aquellas actividades en las que se cree el mejor, o por lo menos, en las que nadie sobresale por encima de él.
En general, muestra poca empatía y desinterés por las necesidades de los demás. Su atención se centra en lo que él desea y necesita. Si muestra interés por el otro, suele ser porque intuye que se acomodará a sus propias necesidades lúdicas, pues tiene una gran habilidad para manipular a los compañeros más débiles.
Y cuando no consigue aliados, prefiere aislarse y jugar solo, especialmente a la video-consola, de la cuál se puede convertir en un apasionado adicto.
En el aula, ante la autoridad del docente, no siempre se hace notar, pues en un imperio diferente al de su casa. Primero observa y calibra hasta donde puede llegar, pero si ve el terreno germinado para brotar, será el más impetuoso, pues puede vivir como humillante que otro sea el centro de atención.
¿Cuáles fueron los hechos que pudieron lastimar el vínculo con tu hijo?
La respuesta a esta cuestión es contundente.
El motivo principal por el que se pudo lastimar vuestro vínculo es el siguiente:
Cualquier situación durante los primeros años de su vida que haya provocado que tu hijo experimente, de manera RECURRENTE y/o PROLONGADA en el tiempo, la desazón de reclamar tu protección y de no obtener la respuesta que satisfaga su necesidad básica de SEGURIDAD.
EJEMPLOS DE HECHOS QUE PUDIERON MENOSCABAR VUESTRO VÍNCULO:
- Vivencia traumática de la madre durante el embarazo: por la pérdida de algún ser querido, por vivencias traumáticas, por no esperar ni desear a ese hijo, por estar en desacuerdo con su sexo, por un diagnóstico prenatal desfavorable que provoca mucho sufrimiento en ella...
- Separación madre-bebé tras el parto: Cuando esto ocurre, se desperdicia la ocasión del "enamoramiento a primera vista". La oxitocina (hormona del amor y la felicidad) que ha segregado la madre durante el parto, mantiene su alto nivel en ambos gracias a la mirada y al contacto físico entre ellos. Pero si en este momento crucial se da la separación, la oxitocina baja para ser substituida por el cortisol (hormona que activa el estado de alerta y la agresividad al percibirse en un entorno hostil), pues biológicamente no es natural que tras el parto se de esta separación. Tal como dice el experto en neurociencia perinatal Nils Bergman: "Los mil primeros minutos de la vida determinan la existencia"
- Métodos educativos nocivos para el vínculo: Una educación atemorizante (controlar las conductas a través del miedo), o sobreprotectora (por exceso o escasez de límites), o sobreexigente, o basada en el coleguismo (por miedo a ser mala madre), o evitativa de contacto físico (por temor a que el hijo sea demasiado dependiente al malcriarlo en los brazos),... Un ejemplo drástico es el Método Estivill (para lograr que el bebé duerma solo).
- Incorporación temprana de la madre al trabajo: Es denunciable que en España sólo dispongamos de 16 semanas de baja maternal, y aunque nos consolemos pensando que lo importante es el "tiempo de calidad", lo cierto es que un bebé de 4 meses necesita sentir día y noche la seguridad y protección que le proporciona la presencia, la mirada y el contacto con su madre, en beneficio del establecimiento de un vínculo seguro.
- Incorporación temprana del niño al jardín de infancia: Si bien la guardería es un servicio creado para cubrir una necesidad social (para que la madre se pueda incorporar al mundo laboral tras la baja maternal), poco se adapta este servicio a la necesidad básica del bebé de estar con su madre, pues con pocos meses todavía no se percibe como un "yo diferenciado de mamá".
- Distanciamiento entre ambos durante días: ya sea por ingreso hospitalario, viajes...
- Nacimiento de un hermano: especialmente si se llevan menos de 2 años. (Quizás te interese leer: "Por qué mi hijo mayor siempre está enfadado")
- Desórdenes graves en el sistema familiar actual, o en el sistema de origen de la madre o del padre: Estos desórdenes los percibe el hijo a través del estado emocional de sus padres, que se manifiestan débiles y con baja energía para la vida, cosa que asusta e irrita hondamente al pequeño. Estos desórdenes se detectan con la herramienta de las Constelaciones Familiares).
- Trastornos de vinculación de la madre con su propia madre: Para dar, antes hay que tomar. Si la madre tiene resentimiento hacia la suya, porque cree que el amor que recibió no fue suficiente, o porque su madre no estuvo disponible cuando más la necesitó... entonces lo más probable es que esta dinámica se repita de nuevo con su hijo. O quizás ocurra todo lo contrario: que su hijo se críe en el coleguismo y el exceso de permisividad, con tal de evitarle toda la frustración que ella sufrió en su infancia.
Como madre,¿qué puedo hacer para restablecer el vínculo afectivo con mi hijo?
Nos duele hondamente en el corazón cuando nos hacemos consciente de que hemos cometido errores, y que a pesar de nuestra mejor intención, no hemos logrado nuestro anhelo maternal de proporcionarle a nuestro hijo una infancia más feliz.
Pero no te culpes ni te juzgues severamente como madre, pues los padres perfectos no existen, todos cometemos errores. Tus padres tampoco fueron perfectos, ni los de nadie. La perfección, en el ámbito de lo humano, no existe.
Seremos imperfectos xq l perfección seguirá siendo el aburrido privilegio d los dioses.E Galeano
Es muy común que muchos padres experimenten la sensación, pasado el tiempo, de que les hubiera gustado hacer o vivir algo distinto con sus hijos,... pero es mejor no poner demasiada energía en los lamentos y sí, en cambio, en lo que todavía es posible.
En su libro: La llave de la buena vida. Ed. Destino
Y si has leído hasta aquí, ha llegado el momento de actuar:
- Una opción es llevar a tu hijo al psicólogo o al psiquiatra para que le ayuden a aplacar y a modificar su conducta. También te pueden dar pautas de actuación que te ayuden a amansar su obstinación, y según el profesional y la gravedad del diagnóstico, te aconsejarán reforzar la terapia con psicofármacos.
- Otra opción, en el caso de que tu hijo todavía no haya entrado en la adolescencia, es que seas tú quien realice un trabajo terapéutico para lograr aquello que no se completó: convertirte en una base segura, firme y confiable para tu hijo. Así recuperarás el movimiento natural y espontáneo que todo hijo siente hacia los brazos de su madre, hecho que fortalecerá vuestro vínculo afectivo.
Si te ha seducido la segunda propuesta, descubre cómo te puedo ayudar clickando aquí
También te animo a que leas mi artículo: "Acuérdate de abrazar cada día a tu hij@" de la web Instituto Prekop Mexico-España, en la que colaboro.
¿qué te ha parecido el artículo?
A mí, es un tema que me ha tocado de cerca, y que me estimuló, en su momento, para realizar un profundo trabajo personal.
Te espero en los comentarios, y si está en mi mano, resolveré todas tus dudas.
Según este artículo, hagas lo que hagas, alguna cosa has hecho mal – aunque sea fuera de tu control. Las causas que llegan a lo rebelde que sea tu hijo – una lista exhaustiva. Ser separado de tu hijo nada más que nacer – está claro que nadie quiere eso pero a veces hace falta. Que tengas que dejarlo a tu hijo unos días con el padre porque tienes que viajar a otro país para trabajar – pues son cosas de la vida. Que tu hijo necesite aprender que no entras en su habitación cada vez que se queja a la mínima durante la noche – para mi lo más lógico si quieres funcionar en esta sociedad, para mi hijo igual que nosotros como padres (no dormir durante toda la noche hasta que cumplen los 6 años?!!!) lo peor es, que como muchas veces, cuando te interesa la solución que ofrecen para un niño rebelde, te hacen pagar – que me hace dudar que este articulo le ayude realmente a la gente con niños rebeldes. Que se tengan que sentir seguros en casa tu hijos – estoy de acuerdo, pero no lo consiguieran con este artículo que te hace dudar todo lo que has hecho desde que nació tu hijo.
Hola Nicole, gracias por el comentario, me ayuda conocer la opinión de mis lectoras.
Mi intención con este artículo es la de dejar de sentirnos víctimas de nuestros hij@s, para así empoderarnos, como adultas que somos, y que tomemos las riendas en el restablecimiento de un vínculo más amoroso y cercano con ell@s.
Claro que durante nuestra maternidad hemos vivido hechos que no hemos elegido.
Por ejemplo, si se dio la separación tras el parto, seguro que fue para preservar la vida de nuestro bebé o de ambos. Tengo clarísimo que la cesárea o cualquier intervención tras el parto han salvado millones de vidas.
Otro hecho que comentas es la responsabilidad laboral en la que vivimos inmersas, la vorágine del día a día, el cansancio…
En mi caso, hubo separación tras el parto, me preparé para unas oposiciones durante la baja maternal, empecé a trabajar cuando mi bebé tenía 3 meses y medio (aplicando previamente el método Estivill para que se acostumbrara a no depender de mí a la hora de dormir) y cuando llegaba a casa, cualquier madre trabajadora puede entender la cantidad de faena que me esperaba.
Y te aseguro que todo esto lo hice con la mejor intención, y con la conciencia tranquila de que era un bien para mi familia.
Pero todo ello, me guste o no, acabó pasando factura en la salud del vínculo con mi hija, y debido a su carácter, me lo hizo saber con una actitud que me dolía, pues se mostraba enfadad, rebelde y desconfiada de mi cercanía.
Así que no propongo recetas sobre cómo actuar delante de una u otra actitud desafiante, porque nada de ello me funcionó.
Lo que me ayudó fue hacer un trabajo personal profundo: mirar mis carencias infantiles, aceptar la dificultad de dar aquello que siempre anhelé y no tuve, restablecer el vínculo con mi madre, mirar de manera más comprensiva y amorosa a mi hija… hasta conseguir reparar la inseguridad, la desconfianza y la rabia que ella sentía hacia mí.
Hoy en día, a parte de la docencia, a esto me dedico, a ayudar a las madres a que también consigan establecer un vínculo basado en la confianza y la ternura, por el bien sobre todo, de sus pequeños tesoros.
Y no me avergüenza presentar mis servicios a cambio de dinero, pues se me llena profundamente el alma dedicarme a un empleo al servicio de la vida, especialmente de la felicidad de los más pequeños.
Nicole, respeto profundamente tus dudas, (yo también las tuve) forman parte del proceso, y cualquier camino que elijas para ayudar a tu hijo seguro que va a tener sus frutos, pues el deseo de acercamiento y de ternura es el primer paso. Un abrazo.
Carmen, me encanta tu blog, hoy he leído un poco más 😜. Me he visto reflejada en algunas de tus frases y me ha abierto los ojos, he asociado y entendido ciertas actitudes mías, de mi marido y de mis hijas…… Ei, y he cogido ideas para hacer pequeños cambios en mi día a día, para intentar hacer las cosas un poco mejor. No se le pueden pedir peras al holmo, pero todos queremos lo mejor para nuestros hijos, así que por probar un pequeño cambio no se pierde nada y se puede ganar mucho.
Muchas gracias y a seguir adelante. 😘😘
Marta, me llena de alegría tu comentario, pues es el propósito de este blog.
Realmente creo que con solo un cambio de mirada, nuestros hijos y la relación que establecemos con ellos se benefician enormemente.
No es fácil, pues ello supone abandonar nuestro cómodo victimismo y tomar las riendas.
Al fin y al cabo, los niños tienen la poderosa facultad de reflejarnos nuestras sombras, (aunque sea un desgaste para ellos). Y si lo aprovechamos para crecer, sus esfuerzos habran valido la pena.
Benditos los hijos q nos ayudan a crecer. Un abrazo!!!
Qué maravilla! Muchas gracias! Ya entiendo porque soy un rebelde y porque estoy tan enojado desde que era un niño. Todo el cuadro coincide conmigo. Ahora estoy dispuesto a hacer los cambios que me conducirán a vivir en paz y a sentirme seguro, sin miedo a la vida. Y con alegría de vivir y hacer las cosas con amor. Gracias. Gracias. Gracias.
Hola José, me alegro que mi artículo te haya dado luz para una vida más consciente. Perdona el retraso en la respuesta. Un saludo
Qué nos aconseja en el caso de que niño está próximo a cumplir los 12 años?
Hola Martha, perdona no haber respondido antes, he tenido un problema con el correo de la web. Paso consulta en Granollers y Cardedeu, cualquier duda puedes ponerte en contacto conmigo. Un saludo
👍👍👍