¿Cómo le explico a mi hijo que el juguete preferido de su carta de Reyes está agotado?

Como cada año, por una mala previsión de fabricantes y distribuidores de juguetes, miles de niños se quedan sin su juguete tan esperado en Navidad.
Y tú ya ves venir que tu hijo va a ser uno de ellos.

Sientes pavor al imaginarte la cara de frustración de tu hijo cuando, al desenvolver sus regalos, descubra que Papá Noel o los Reyes Magos no han escuchado sus deseos (a pesar de que tú has hecho lo imposible para que esto no ocurra, pues has recorrido multitud de tiendas y webs, sin éxito)
Este post tiene la intención de darle la vuelta a la tortilla:
Te invito a que conviertas esta situación frustrante en una oportunidad de crecimiento para tu hijo y para el amor que os une.A continuación te presento unas reflexiones que te harán focalizar tu mirada en lo que realmente le importa a tu hijo.
¡Descúbrelo y acompáñalo a que lo descubra!
Analiza tu impulso por colmar las demandas materiales de tu hijo
¿Te desvives para que tu hijo reciba todo lo que pide por su demandante boquita?
Como madres, queremos que nuestros hijos se sientan bien. Tenemos muy claro cómo compensar sus necesidades físicas, pero ¿Cómo compensamos su necesidades afectivas?
Claro que tenemos recursos para compensar su demanda de amor: abrazos, besos, caricias, palabras cariñosas, elogios.... y algún que otro capricho material.
Estos magníficos recursos, conjugados de manera equilibrada, hacen de nuestro hijo un ser seguro y reconocido por sus padres.
Pero cuando sentimos el impulso de llenar con "lo material", es porque intuimos que "de otra cosa" se anda cojo.
El exceso de una cosa compensa la carencia de otra.
De esta emoción culpabilizadora se alimentan los expertos en Marketing Infantil, que nos encandilan a pequeños y grandes con spots publicitarios protagonizados por niños que encarnan la felicidad, al poseer objetos de plástico colorido con capacidad de suplir las necesidades afectivas que, por nuestra vida laboral desenfrenada, los padres no hemos podido saciar.

No dudo que hayas intentado colmar su necesidad afectiva a través de todos los recursos que ya sabes!, pero no todos los recursos son igual de efectivos para todos los niños, y de esto te habrás dado cuenta si tienes más de un hijo.
Hay niños que tienen más "capacidad" que otros para recibir el amor que les ofrecemos como padres, y aquí no vamos a entrar en los motivos (si te interesa este tema, visita la web Ayuda a tu hijo a sonreír: el blog de las mamás de hijos enfadados, rebeldes o distantes).
También cabe recordar que muchas de nosotras, las madres de hoy, somos hijas o nietas de una generación que vivió una posguerra sesgada por el hambre y la carencia de productos básicos.
Es normal que en nosotras se halle el impulso inconsciente de querer abastecer en lo material a nuestros hijos, como forma de compensar lo que nuestras generaciones pasadas no tuvieron. Pero de sobras hemos comprobado que, mucho de esto, acaba siendo contraproducente.
Evita el impulso inconsciente de querer colmar con regalos lo que no consigues llenar con el amor que tú le ofreces.
El principio de escasez añade valor a lo material: menos es más
Las consecuencias más penosas del síndrome del niño hiperregalado son la pérdida de la ilusión, la limitación de la fantasía, y la sobrecarga mental y emocional que acaba en la desconexión y la pasividad.
Por eso es importante que le des menos objetos de los que te exige: se aprende mejor a valorar lo que se recibe cuando es escaso.

Adoramos el agua que fluye del grifo cuando hay restricciones.
Mira la frustración que vive tu hijo como un camino de crecimiento
Cuando un niño es muy pequeño, su egocentrismo le ayuda a sobrevivir: sus demandas son contundentes, para que sean cubiertas al instante.
A medida que va creciendo, va ampliando su tolerancia de aguante y espera ante una necesidad, pero sólo si durante el camino va entrenando esta habilidad.
Tolerar la frustración es una habilidad que se entrena
Un niño que se ha acostumbrado a la satisfacción inmediata a través de lo "material", (y hoy en día hay que añadir lo inmediato de lo "virtual" y las experiencias colmadas de emociones que le generan), es un niño que va a soportar cada vez menos la frustración cuando no logre sus deseos.
Dependiendo de la intensidad y de la falta de entrenamiento, un niño puede reaccionar con molestia, enfado, ansiedad, y hasta agresión.
El verdadero conflicto no es la frustración en sí, pues como adultos sabemos que es parte de la vida tenernos que enfrentar a las limitaciones y contratiempos que el devenir nos depara, a pesar de las incomodidades que esto nos causa.
Por eso es un gran acto de irresponsabilidad que pretendas evitar la frustración en tu hijo.
Cuando le das siempre lo que te pide y no lo entrenas a lidiar con los límites, nunca aprenderá a "soportar" la molestia que le genera la espera o la negación de sus deseos.

Lo importante del asunto: el tiempo que le dedicas.
Si no te ha sido posible conseguir el regalo de ensueño de tu hijo, dale espacio al conflicto, para que después la reconciliación tenga sentido.
Ya lo dice la terapeuta alemana Jirina Prekop, en su libro "el pequeño tirano": "en toda crisis hay una oportunidad".

Y es que las emociones están para sentirlas. Cuando pretendes evitar, eliminar, esconder aquellas emociones que te "molestan" de tu hijo, lo que haces es potenciar su intensidad.
Así que esta puede ser una oportunidad para acompañar a tu hijo en su frustración.
Un recurso útil que te ayudará es la siguiente visualización. Si eres constante y la practicas a menudo, los resultados van a ser sorprendentes.
Imagínate que estás frente a tu hijo en el momento de una de sus potentes pataletas. Esta vez imagina que la permites, míralo otorgándole el permiso y la libertad de poder expresar lo que siente.
(No tomes nada de lo que ocurra como un asunto personal contra ti, percíbelo como lo que es, un niño expresando sus emociones de la manera que sabe)
Escucha su llanto y sus gritos de reclamo. Sientes que te pide algo, pero no sabes lo que es. Poco a poco vas captando su mensaje. Está gritando : ¡Por favor, mamá!. Te cuesta entender el mensaje, porque no sabes a qué se refiere.
Pero ese "por favor, mamá" cada vez es más profundo en ti. Tanto, que en ese momento haces una regresión a tu infancia, cuando tú eras niña, justo en un momento que tú le reclamas a tu madre: "Por favor, mamá".
Si te es posible, imagínate un cálido abrazo de ella que abarca todo tu cuerpo. Quizás te venga la imagen de tu niña enojada, gritando y oponiendo resistencia a su contacto. Déjate vencer, entrégate a los brazos de tu madre y experimenta el descanso de sentirte sostenida, completa, rebosante de su amor.
Ahora vuelve a tu edad adulta, a la situación que estabas visualizando frente a tu hijo. Ahora sabes perfectamente qué quiere decir con "¡por favor, mamá!
Dale a tu hijo el mismo abrazo cálido y sostenedor que tú has recibido. Puede que te venga la imagen de tu hijo enrabiado, queriendo deshacerse de ti, expresando su enojo de la manera que sabe, pero tú lo contienes con firmeza. Y mientras lo sostienes en su enfado, le dices las siguientes palabras:

Hijo, tienes derecho a estar enfadado, a decir lo que dices, a pensar lo que piensas, a sentir lo que sientes, a desear lo que deseas y a sufrir por lo que sufres. A expresarte como te expresas, a patalear, a gritar y a llorar. Y yo estoy de acuerdo de que así sea. Yo también me emociono: a veces me enfado, grito, y hasta lloro, aunque tú no me veas... Pero entre tú y yo hay una gran diferencia: yo soy la adulta, y eso implica poseer la capacidad de acompañarte y contenerte cuando tus emociones te desbordan. Así que te ofrezco mi abrazo.
Disfruta de cómo esta realidad, después de varias visualizaciones, se va creando en tu pensamiento. Este es el primer paso para que se materialice en tu vida real.
Y en definitiva, esto es lo que desea tu hijo por muy enfadado que se muestre: tu compañía, tu contención y tu amor.
Aprovecha estas fechas para pasar tiempo juntos. Con diferencia, es el mejor regalo que le puedes ofrecer.
Si te ha gustado este post, date de alta en mi lista de correos
y estarás al día de la entradas que voy añadiendo
Puedes darte de baja con un solo click cuando tú lo desees.
Garantizo 100% tu privacidad, no compartiré tu mail con nadie.
Que interessant, Carmen! Fa poc vaig fer una visualització semblant, per un altre motiu… Una abraçada!
Gràcies Teresa, m’alegra que et sembli interessant. Les visualitzacions són molt potents. Agraeixo el teu comentari. Un petonàs!
Molt interessant, Carmen. Com em costa, a vegades d’acceptar , les oposicions negatives dels nostres fills, que m’agafo com personals! Aquesta visió àmplia molt més el camp i pot permetre l’expressió i acceptació de sentiments de ràbia i créixer i madurar.
Sí Montserrat, és un gran exercici el poder acceptar les emocions més difícils dels nostres fills, que et tot moment posen a prova la nostra paciència i tolerància. Són uns grans mestres! T’agraeixo molt el teu comentari.