¿Te cuesta soportar la rebeldía o enfado que constantemente te muestra tu hijo o hija?
¿Has intentado mil maneras de acercarte a tu hijo, pero tienes la sensación de que un frío muro os separa?
¿Te cuesta conciliar el sueño, porque te das cuenta de que tu hijo, no es todo lo feliz que tú deseas, y eso te hace sentirte culpable?
¿Has buscado ayuda profesional con la pretensión de que alguien transforme a tu hijo en una persona más cercana y alegre, pero sólo has conseguido gastarte el dinero, porque tu hijo sigue igual de distante y enfadado contigo?
Parece que esté hablando de mi situación no hace muchos años.
Da mejores resultados construir puentes que levantar muros
Yo también he vivido la experiencia de topar con un frío muro cada vez que intentaba acceder a mi hija. Por muy triste, distante o enfadada que la viera, nada podía hacer para consolar su dolor, y como madre, me sentía tan impotente y frustrada que acababa empeorando las cosas.
Cuántas veces me he acercado a ella para entender el motivo de su distancia..., pero sólo obtenía una mirada de desconfianza hacia mí.
Qué hartos acabamos mi marido y yo de escuchar diagnósticos de profesionales obstinados en encontrar la etiqueta que justificara la actitud de mi hija: que si dislexia, que si déficit de atención, que si síndrome de Asperger, que si depresión...
Mi hija siempre ha sido de pocas palabras, pero afortunadamente dejaba fluir su "emocionalidad" a través del arte. Esto me dio muchas pistas sobre el mundo interno que estaba viviendo. Aquí van algunos ejemplos:
Dibujo realizado con 7años.

Sorprendente su explicación: el hijo unicornio quiere ir con su madre, pero no puede cruzar el río, y la madre no se da cuenta, porque está mirando lo que pasa a lo lejos (refiriéndose a las siluetas negras). El hijo se siente triste.
Aquí va otro ejemplo no menos conmovedor:
Escultura en cerámica realizada con 8 años.

- Es una mamá dinosaurio que está dando de comer a su hijo, pero al más pequeño.
-¿Es que tiene más hijos? - Le pregunté yo.
- Sí, el que está tumbado.
(Su hermana tenía 4 años).
Recuerdo cómo se me helaba la sangre cada vez que le preguntaba por el significado de un dibujo u otro, y cuanta rabia, impotencia y dolor expresaban muchos de ellos.
De esta manera tan subliminal fui intuyendo un gran anhelo en mi hija por acercarse a mí.
Me sentía muy descolocada, pues mi marido y yo dábamos por sentado de que era ella la que, con su actitud disruptiva y su rechazo, tenía que cambiar para que la armonía familiar fluyera.
Pero, quién tiene más capacidad y fortaleza
para realizar una hazaña tan costosa,
como es derrumbar un muro
para construir un puente
¿un niño o un adulto?
Esto es lógica aplastante. Ahora veo qué ciega y cómoda era pretendiendo que mi hija cambiara.
Hoy he logrado mirar el pasado con ojos de adulta, aceptar que la vida se presentara tal y como se presentó, elegir crecer e integrar los recursos que me han ayudado a desenvolver el regalo que todo problema trae implícito. Hoy puedo mirar a mi hija tal y como es, sin añadirle ni quitarle nada.

En su libro "Vivir en el Alma" Ed. ridgen institut gestalt
Y ¿quién dijo que era fácil?
Mi marido, en su momento, no vio la necesidad de hacer nada, y eso lo tuve que respetar.
Así que emprendí un camino en solitario colmado de incertidumbre y miedo, con el objetivo de derrumbar el frío muro que entre nosotras, sin saber por qué, habíamos levantado.
Me costó horrores salir de mi zona de confort. Para mí, era mucho más cómodo enviar a mi hija al terapeuta (de la modalidad que fuera). ¡Probamos tantas cosas!
Ahora era yo la que tenía que ponerme en manos de alguien que me guiara en el camino de reencontrarme con mi hija, pasando por un proceso de crecimiento personal. ¡Qué pereza! Y ¡qué miedo!
Al inicio de mi camino, en el año 2006, encontré a Marisa, una terapeuta gestáltica increíble, que me acompañó durante 3 intensos años y que me ayudó, entre otras cosas, a liberarme de bloqueos y a reconocer los dones de mi hija. Me sentí tan apoyada que decidí que yo también quería ayudar a otras personas mediante esta terapia.
Al poco de conocer a Marisa, conocí las Constelaciones Familiares de la mano de su pareja, Jordi, un gran constelador que me hizo vibrar con su trabajo. Me fascinaron tanto que me formé en Constelaciones Familiares (promoción 2010-2013, Institut Gestalt de Barcelona), bajo la dirección de Joan Garriga, persona por la que siento una enorme admiración por su gran aportación en el ámbito del bienestar humano.
Tuve la inmensa suerte de encontrar en mi camino de crecimiento a Mercè Traveset (que nos dejó en lo plano de lo físico el pasado verano, pero siempre tendrá un buen lugar en mi corazón). Ella fue mi tutora de la formación en Pedagogía Sistémica (promoción 2009-2011, Institut Gestalt), y junto con Carles Parellada y Angélica Olvera, consiguieron proveerme de la seguridad y confianza que todo maestro requiere ante el aula (pues trabajo en la escuela pública desde 1996), y me ayudaron a adquirir los recursos sistémicos y emocionales para que el alumno pueda dirigir su atención a los aprendizajes.
En la formación de Constelaciones Organizaciones y Coaching Sistémico (promoción 2014-2015, Institut Gestalt) adquirí de Joan Corbalán los recursos necesarios para restablecer el equilibrio y la armonía en cualquier tipo de organización, incluida la escuela.
En definitiva, estas tres herramientas sistémicas me han ayudado a darme cuenta como madre, maestra, y también como hija, del inmenso amor que todos los hijos (sin excepción) sentimos por nuestros padres en lo más profundo de nuestra alma, y que como hijos, somos capaces de sacrificar nuestra felicidad, e incluso nuestra vida, por el amor hacia nuestros padres.
Hoy sigo aprendiendo y creciendo. Con la formación en Terapia Gestalt (promoción 2014-2017, Espaipertu) he adquirido las herramientas para un buen acompañamiento terapéutico, y con Somatic Experiencing (promoción 2016-2018)(Somatic Experiencing Barcelona), ahora sé "renegociar" con el trauma físico y emocional desde lo más profundo de nuestra consciencia corporal.
Con todo lo vivido y con todo lo aprendido (más lo que me queda por aprender), emprendo un nuevo camino con una mochila cargada de herramientas.
Y el día de mi cumpleaños de 2016, lancé este blog a la nube, con la idea de ayudar a los niños de la forma más directa y eficaz: a través de sus padres.
Tus limitaciones a la hora de ayudar a tu hijo
Quiero aclarar que cuando se trata de ayudar a hijos, tenemos una gran limitación: la edad.
A medida que nuestro hijo va entrando en la adolescencia, se van restringiendo nuestras posibilidades de hacer algo por ellos. Si notas que tu hijo, en plena adolescencia, se retira de ti, busca intimidad, autoafirmación... Alégrate, pues eso es un indicativo de que estás favoreciendo el que tu hijo haga el mejor movimiento para su crecimiento: desprenderse de ti para iniciar su vuelo hacia su propia vida. Pero si tu hijo tiene 30 años y todavía sigue dependiendo emocional y económicamente de ti, lo siento, con este blog no te puedo ayudar.
Cuando nuestros hijos llegan a la edad adulta, lo único que nos queda por hacer, como padres, es entregarlos (y a veces, empujarlos) a su propia autonomía, liberarlos para que vivan su propia vida con todas las consecuencias.
Quien sabe si, en un futuro, ellos harán el movimiento de reconciliación con sus lazos familiares, pero eso ya queda en sus manos. Esto, a nosotros como padres, ya no nos incumbe.
Hoy mi hija, en plena adolescencia, se muestra sonriente, entusiasta, confiada de mi apoyo, y a la vez recelosa de su intimidad y su autonomía, y me siento maravillada de que así sea, porque ya en su día hice todo lo que pude, por mi parte, para liberarla de aquellas dinámicas perniciosas en la que, sin querer, estaba involucrada, y que en el fondo no tenían nada que ver con ella.
¿Por qué un blog sobre hijos sólo para madres?
El que un hijo tenga alguna disfunción orgánica, como por ejemplo problemas de salud, o alguna discapacidad física o psíquica, considero que, como padres, lo primero que nos toca es, con todo el dolor, aceptar el destino de nuestro hijo (y también el nuestro, como padres de un hijo con un destino especial). Y por supuesto, hacer todo lo que esté en nuestras manos, padre y madre, para que nuestro hijo viva su vida de la mejor manera posible.
En cambio, cuando nuestro hijo manifiesta síntomas puramente actitudinales, como es el enfado, distancia o rebeldía, mi experiencia en mi consulta me indica que en la gran mayoría de casos, se trata de niños que, en algún momento de su biografía, han sufrido un deterioro del vínculo afectivo con la madre.
¿Y qué es lo que puede causar este deterioro vincular entre madre e hijo?
Los motivos son muy diversos, pero el principal es el "trauma de separación", o como en Constelaciones Familiares se dice: "movimiento interrumpido del amor del hijo hacia la madre"
Visita, el menú de este blog, la pestaña "MOTIVOS POR LOS QUE TU HIJO PUEDE ESTAR ENFADADO"
La intención no es que te culpabilices de aquello que pasó.
Lo importante es que consigas ver a tu hijo con una mirada más compasiva y sostenedora, y hacer todo lo que esté en tus manos para reparar ese vínculo amoroso que creasteis desde el momento de la concepción. Y eso, solo lo puedes hacer tú como madre, mientras tu hijo esté en la infancia. Este es el motivo por el cual, este blog va dirigido a las madres.
Y será genial si en este proceso de restauración del vínculo te acompaña el padre de tu hijo, ya que la terapia es más eficaz y resolutiva para el hijo si los dos, padre y madre, van juntos en su desarrollo armónico. Adelante, estás de suerte si en esto vas acompañada. El padre también tiene un lugar aquí.
Y si has de ir sola por circunstancias de la vida, igualmente en el asunto de restaurar el vínculo entre madre e hijo, la clave está en tus manos.
En cambio, el padre sólo, nada puede hacer por la reparación del vínculo materno-filial. En esto, a los padres no les puedo ayudar, a no ser que la madre haya fallecido o sufra una discapacidad psíquica grave. Sólo en estos casos, el padre puede hacer mucho por el enfado, la rebeldía o el distanciamiento de su hijo.
¿Eres madre de un hijo adoptado?
Si eres madre porque has adoptado a tu hijo, también tienes un lugar en este blog.
Como es obvio, en el destino de tu hijo va inherente el trauma de separación con sus padres biológicos, y tú, como madre cuidadora de tu hijo, tienes la clave (junto con el padre cuidador, si es posible) de calmar su enfado y desasosiego, para que tu hijo se sienta completo y en armonía con su familia biológica y adoptiva.
Cómo puedes convertirte en el mejor apoyo para tu hijo
Tienes dos formas de favorecer su desarrollo para que tu hijo viva la mejor infancia posible, y las dos son complementarias:
- Aprendiendo de los contenidos de valor que voy aportando ene este blog: lee todo cuanto escribo en mi blog, lee los artículos de mis próximos colaboradores, consulta los links que te propongo, mira con curiosidad los videos. Te aseguro que te va a servir en el día a día con tu hijo.
- Contratando el servicio que te ofrezco:
¿Y por donde puedes empezar? Aquí sí que te lo pongo fácil: Subscríbete al blog en el siguiente formulario.
De esta manera recibirás en tu mail los artículos que voy publicando. En ellos explico todo lo que sé, lo que he aprendido tanto por experiencia como por formación, lo que me ha funcionado y lo que no. Además, estarás al día de los talleres, cursos, conferencias, productos, servicios y promociones únicas para subscriptoras.
Lo que dicen de mí
Si me conoces porque eres amigo/a, conocido/a, compañero/a... o has trabajado un tema personal/familiar conmigo..., te invito a que dejes un comentario, para que el resto de los lectores me puedan conocer mejor. ¡Gracias!